Nuestra filosofía es permitir el contacto directo con la población local, evitando las grandes agencias y el turismo de masas. Intentamos ofrecer emociones auténticas favoreciendo el intercambio de culturas y tradiciones, para hacer descubrir la magia del desierto con la conciencia de quienes lo viven a diario. Precisamente porque amamos el desierto, nos esmeramos en promover un turismo inteligente y respetuoso con el medio ambiente. Sólo utilizamos a nuestros fieles compañeros cuadrúpedos, los dromedarios, para recorrer las dunas, y nos aseguramos de ofrecer únicamente alimentos que procedan de las aldeas situadas al borde de la arena.
Desde hace algunos años, además del desierto arenoso de Merzouga, en la frontera entre Marruecos y Argelia, ofrecemos circuitos para descubrir todas las demás maravillas del país, desde las ciudades imperiales a las gargantas de las montañas, pasando por las interminables playas de la costa atlántica.
Además de los itinerarios clásicos, ofrecemos la posibilidad de estudiar juntos viajes a medida según los requisitos más diversos.